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Proyecto Salesiano celebra en Tijuana el Día de San Juan Bosco con familias migrantes

Foto: Joebeth Terríquez
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La congregación religiosa Salesiano celebró este sábado el Día de San Juan Bosco en conmemoración del aniversario de su fallecimiento, que ocurrió el 31 de enero de 1888, en la fronteriza ciudad de Tijuana, en la que madres, adultos y niñas y niños migrantes tuvieron una participación importante en dicha conmemoración.

Las familias migrantes que se encuentran albergados en cada uno de sus espacios se reunieron en el Oratorio San Juan Bosco, ubicado en la zona este de la ciudad, una de las más marginadas de Tijuana, en donde iniciaron las festividades con una procesión en la que las personas migrantes y voluntarios estuvieron compartiendo porras y cantos.

Foto: Joebeth Terríquez

PONDERAR LA ALEGRÍA ENTRE LA COMUNIDAD MIGRANTE

Claudia Portela, administradora del Proyecto Salesiano en Tijuana, compartió a Nómadas que esta es la máxima celebración de la congregación, debido a que Don Bosco fue el fundador de ello, en donde se busca a través de la celebración, el canto, el baile y la comida, integrar a las personas migrantes y a los jóvenes voluntarios.

“Lo hacemos como nos identifica a los Salesianos, con alegría; hacemos nuestra misa con todas las presencias y sacerdotes salesianos de Tijuana y tenemos un momento artístico, porque para nosotros es muy importante el juego, el deporta y lo cultural, y los migrantes prepararon canciones y bailes para participar en esta celebración”, dijo.

Foto: Joebeth Terríquez

Durante las actividades que se llevaron a cabo, los hombres migrantes que albergan en el Desayunador Salesiano Padre Chava presentaron una canción que cantaron en medio del evento cultural, además que las madres y niños migrantes del refugio compartieron un baile y una canción que también prepararon entre ellos.

Los espacios que contempla el Proyecto Salesiano en Tijuana son el Oratorios San José Obrero, San Francisco de Sales, María Auxiliadora, Domingo Sabio, San Juan Bosco y el Colegio para niños de escasos recursos, que en esta celebración reunió a alrededor de 400 personas entre migrantes, personal de la congregación y voluntarios.

Foto: Joebeth Terríquez

SALESIANOS LLEGAN A FRONTERA POR PRESENCIA DE MIGRANTES

Portela detalló que la congregación Salesiano tiene más de 130 años desde su fundación, sin embargo, en Tijuana tienen presencia desde hace más de 37 años y se dio luego de que en una misión de expedición se encontraran con que mucha gente ya comenzaba a venir al norte de México para intentar cruzar a Estados Unidos.

“Se abrió un espacio Salesiano en Mexicali, en Nuevo Laredo (Tamaulipas), Ciudad Juárez (Chihuahua), Nogales (Sonora) y por supuesto en Tijuana y, en sí, la presencia salesiana en la frontera era llegar a los migrantes, que en ese entonces solamente eran mexicanos que iban por el sueño americano y que muchas veces ya habían sido deportados”, resaltó.

Entonces los salesianos se comenzaron a instalar en lo que era la periferia de la ciudad; lugares estratégicos en donde la gente se asentaba y comenzaba a levantar sus casas y viviendas, ahí teníamos la atención directa.

Foto: Joebeth Terríquez

PRIMORDIAL LA INTEGRACIÓN EN LA SOCIEDAD

A propósito de la celebración de este día, Portela también destacó que el generar la participación de los migrantes en las actividades que realizaron, fue una forma de reinsertarlos en la sociedad y sean copartícipes de ello.

“Nosotros recibimos tanto mexicanos como extranjeros y la idea es que se sientan justamente en un clima de familia y en una Tijuana que es migrante, entonces, la mejor forma para que se integren y luego se inserten en la vida laboral y la educación es en un ambiente en el que se sientan respetados, en dignidad, valorados y respetados sus derechos humanos”, manifestó.

Foto: Joebeth Terríquez

Algunas personas migrantes consultadas por Nómadas se dijeron agradecidas con el Proyecto Salesiano en Tijuana por las atenciones que han recibido, aunque muchas de ellas solamente estén de paso por la ciudad.

Tal es el caso de una madre migrante originaria del estado mexicano de Michoacán, que prefirió omitir su identidad por seguridad, quien dijo “que nos han recibido muy bien y le doy gracias a Dios porque nos han atendido muy bien, nos dieron la mano, nos han dado un techo, un plato de comida y eso uno lo agradece a las personas”.

Otra madre migrante originaria de Colombia que también resguardó su identidad, compartió que tuvo que salir de su país porque fue testigo de un asesinato y Ecuador la acogió, pero con todo el conflicto que se vive en ese país tuvo que salir huyendo también de ahí.

“Pero gracias a Dios me trajeron aquí (al albergue Don Bosco) y por fortuna las personas son muy lindas, muy acogedoras y me hace llorar de alegría y no de tristeza, porque es difícil cuando uno viene de dejar todo y cargar solo dos mudas de ropa; los mexicanos son muy acomedidos”, dijo.

Foto: Joebeth Terríquez

Julio Córdoba, originario de Ecuador, señaló que salió hace un año de su país debido de la violencia y el crimen organizado, quienes lo secuestraron en cinco ocasiones distintas y por ende tuvo que escapara para cruzar a Estados Unidos, pero se dijo afortunado de haber llegado con esta congregación en donde ahora es voluntario.

“Fue excelente, cocinan diario para todo el día y toda la gente que no tiene nada qué comer o viven en la calle; nosotros como migrantes estamos de pasadita, pero echamos la mano, echamos las ganas y la fuerza para atender a todas las personas con amor, cariño y pasión y me siento bien y contento en ese albergue y estoy retribuyendo”, puntualizó.

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