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Avanza la militarización fronteriza con miles de agentes para contener a migrantes

Foto: Archivo / Joebeth Terríquez
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Más de 30 mil agentes de la Guardia Nacional y Fuerzas Armadas fueron desplegados en la frontera mexicana como parte de una estrategia de contención anti migratoria, generando controversia, especialmente por la presencia militar.  

Activistas y defensores de migrantes han levantado la voz en respuesta a las acciones del Instituto Nacional de Migración (INM) y las autoridades en que se apoya para lograr detenciones y traslados para evitar que personas migrantes intenten ingresar a Estados Unidos.  

El gobierno federal anunció el despliegue de 32 mil 720 elementos de seguridad como parte del Plan de Migración en la frontera norte y sur de México, en colaboración con el INM.  

Estos operativos han obstaculizado el libre tránsito de personas migrantes, lo que ha llevado a un aumento en las solicitudes de amparo para desplazarse dentro de México. 

Los esfuerzos de contención en la frontera norte han tenido éxito en evitar cruces masivos hacia Estados Unidos por parte de personas en situación irregular.  

Por ejemplo, en Tijuana se instalaron campamentos de hasta 800 personas entre ambos muros fronterizos durante los meses de agosto y septiembre. Sin embargo, la Guardia Nacional ha detenido principalmente los cruces, utilizando la “persuasión” como justificación. 

Los cruces irregulares han cambiado de destino, con el Ejido Jacumé en Tecate emergiendo como un nuevo punto de entrada al país vecino. 

Hubo un momento en que las cifras máximas de cruces alcanzaron las mil 500 personas por día en diciembre de 2023 y enero de 2024, estas han vuelto a disminuir.  

La instalación de un campamento del INM en el Ejido ha disuadido a muchos migrantes, pero también los ha forzado a buscar rutas más peligrosas. 

Sobre el tema, el director de la Casa del Migrante en Tijuana, Pat Murphy, criticó el papel de la Guardia Nacional, afirmando que su deber es brindar seguridad en lugar de tocar a los migrantes.  

También denunció la influencia del presidente de Estados Unidos en las políticas migratorias de México, así como la falta de acción por parte de las autoridades ante la presencia del crimen organizado en el tráfico de personas. 

Murphy advirtió que la militarización no detendrá la migración y solo aumentará los riesgos para los migrantes. Insistió en que la solución debe provenir de los gobiernos de ambos países y debe garantizar la dignidad de todas las personas, ya que, de lo contrario, la situación solo empeorará. 

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