Por Andrés Waldo Espinoza*
Es en los hogares de la comunidad en donde los antiguos residentes guardan celosamente la memoria familiar. Entre objetos, documentos y fotografías que narran alguna aventura, anécdota o vivencia. Hoy esas microhistorias se convierten en el pasado que ha conformado la ciudad que habitamos. En ese contexto surge la importancia de adentrarnos en estos santuarios de memoria comunitaria para indagar en la historia de esta ciudad fronteriza de Tijuana.
En 2019, gracias al coleccionista y cronista comunitario Miguel Ángel Pérez, me invitó a conocer un acervo fotográfico de un personaje que fue fotoperiodista en el diario Baja California, al poco tiempo creó su propia agencia Lozano Fotos y después Laboratorios Fotocámara. Este personaje de la historia visual fue Héctor Lozano. En las palabras de Miguel Ángel, Lozano se autonombraba el fotógrafo de Tijuana.
El interés por seguir en el camino trabajando los archivos fotográficos de la comunidad, como parte del patrimonio cultural, tuve la oportunidad del acercamiento con la familia Lozano, donde Ana María y su madre me abrieron las puertas de su hogar para poder conocer de primera mano a un personaje que, por medio de su ojo y la lente de la cámara, capturo momentos y etapas trascendentales del desarrollo histórico del espacio que habitamos los tijuanenses.
Comencé el trabajo de gestión en la búsqueda de convocatorias o programas que a través de sus líneas de participación el proyecto pudiese encajar. En 2022 sale la convocatoria a nivel nacional del Sistema de Apoyos a la Creación y Proyectos Culturales, de la Secretaría de Cultura, en la vertiente de Fomento a Proyectos y Coinversiones Culturales. Entonces se elaboró un proyecto que consiste en el rescate y organización del archivo fotográfico para darlo a conocer a la comunidad. El proyecto se titula Archivo Fotográfico Héctor Lozano. Fotoperiodista y Cronista Visual de la Comunidad.
En 2023 salieron los resultados de los proyectos seleccionados, y entre los proyectos que fueron beneficiados fue este. Y de esta manera iniciamos el camino para que este archivo fotográfico pueda ser conocido por la comunidad y de igual manera la misma comunidad sea sensible a la importancia que tienen los documentos y fotografías de familia.
Si le damos una mirada al Archivo Lozano, podemos toparnos con momentos que han sido parte coyuntural para el desarrollo de la mancha urbana de la ciudad. Por mencionar algunos, las lluvias de finales de los setenta e inicios de los ochenta del siglo pasado. Así como la variedad de temas registrados por la cámara de Lozano, entre los que se pueden destacar lo concerniente a la vida social, familiar de Tijuana y otro tema que es interesante: la fotografía implementada en la publicidad.
Este tipo de archivos que surgen de la comunidad, están cargados de muchas emociones, vivencias, anécdotas que forman parte de la memoria colectiva y por ende son importantes para la cohesión social, sentido de pertenencia e identidad.
Desde mi percepción del patrimonio cultural, es una constante poder darle voz a esos personajes que han permanecido anónimos para nuestra generación y las nuevas, y que, gracias a estos personajes y su trabajo y experiencia de vida, han podido contribuir la memoria de esta ciudad. Así que Héctor Lozano y sus fotos son una historia de Tijuana.
*Historiador creado y ensamblado en Tijuana.
