Migrantes misquitos desplazados por el crimen arriban a TJ en busca de asilo
Son cientos, están en los diversos albergues de Tijuana, se protegen entre ellos, mantienen sus usos y costumbres, se comunican en su lengua materna “misquito” y también buscan llegar a Estados Unidos mediante el asilo humanitario.
Se trata de migrantes de la comunidad indígena de Honduras, pertenecientes a la etnia de los misquitos, considerados los desplazados silenciosos de la migración Centroamericana por su manera de camuflarse entre los demás grupos como una forma de autoprotección.
Ellos vienen de una región que ha sido abandonada por el gobierno, en el departamento que lleva el nombre de Gracias a Dios, que está siendo controlada por el narcotráfico y el crimen organizado, quienes se han estado apropiando de sus tierras y sus riquezas naturales, obligándolos a abandonar sus patrimonios bajo amenazas de muerte y violencia constante.
POBREZA, VIOLENCIA Y CRIMEN ORGANIZADO
Cristóbal es uno de los más de treinta indígenas misquitos que están en uno de los albergues de Tijuana, viajo con su hijo y su esposa y lleva nueve meses desde que salió de su hogar, debido a que en su comunidad padecen de pobreza y del abandono de las autoridades.
Una situación que los ha llevado a organizarse y salir en grupos buscando llegar a Estados Unidos, tratando siempre de camuflarse entre la migración que acapara los reflectores, sobre todo para resguardar su integridad.
De acuerdo con Cristóbal, esto les permite andar en el camino y ahora resguardarse en un albergue sin ser molestados, ya que ellos y su comunidad continúan con las tradiciones de sus ancestros, como basarse en la medicina natural y mantener su lengua madre “misquito” como forma de comunicación, aunque algunos de ellos también hablan el español.
Cristóbal señaló que su comunidad es rica en productos naturales, pero también situada en una zona pantanosa de difícil acceso, “por eso el gobierno nos tiene en el abandono”, lo cual ha generado también que el crimen organizado haya ganado terreno en sus tierras.
“El narcotráfico se apoderó de nuestros territorios, porque vivimos en una zona muy abierta y con poca población, lo cual les da muchas facilidades para trabajar en cuestiones de crimen organizado, lo cual está generando mucha violencia en nuestra región”, dijo.
Para Cristóbal es difícil haber dejado atrás a su hogar, su tierra, ya que anteriormente “no se veían este tipo de situaciones en mi comunidad”, pero de un tiempo para acá la violencia ha arreciado: “Nos quitaron nuestras tierras y han muerto bastantes ya por secuestro y en peleas tratando de defender sus propiedades, por esa razón es que estamos saliendo”.
BUSCAN ASILO HUMANITARIO
Para Jenny, quien es madre soltera, la pobreza fue uno de los factores que le llevó a pensar en otras posibilidades para ella y principalmente para su hijo, pero definitivamente el narcotráfico fue lo que le impulsó a salir sin pensarlo debido a las amenazas y toda la violencia que se estaba viviendo.
Ahora, como todo el grupo, busca tener el asilo humanitario en EEUU y poder brindarle una vida mejor a su hijo, aunque ya muy lejos de su comunidad y hogar.
“Miré las cosas y las situaciones como estaban sucediendo en nuestro país, más el narcotráfico que nos quitan nuestras tierras por la que tanto hemos luchado; nos hemos sacrificado, teníamos sembrado yuca, maíz, todo eso nos quitaron y nos duele mucho y estamos aquí por trabajo y queremos que nos den el asilo, que nos ayuden para poder salvar nuestras vidas”, dijo.
ESTÁN DESTRUYENDO LA COMUNIDAD
Jenny compartió también que las personas de su comunidad que se han quedado allá han tenido que salir huyendo a otras comunidades, por el riesgo y el peligro que están corriendo, ya que no hay quién pueda ayudarlos, lo cual le parece muy lamentable “porque están acabando con nuestra etnia, con nuestra comunidad, con todo lo que un día construyeron nuestros ancestros”.
“Allá no teníamos a alguien que nos ayudara, por eso mejor antes de que nos mataran nosotros salimos de nuestro país y aquí nos sentimos más seguros, nos han brindado la atención y también nos cuidamos entre nosotros”, recalcó.
Josselyn, es una madre soltera también de esta comunidad, quien compartió a EFE que además de las dificultades que tuvieron es su lugar de origen, el trayecto hacia México también fue complicado, además que se enfrentan a la discriminación.
“Uno sufre bastante porque a veces lo denigran a uno por no ser de acá, hay personas a las que las deportan, gracias a Dios a nosotros no, pero sí es muy complicado; ya estamos acá y ahora esperamos que nos salga la cita para poder tener el asilo”, apuntó.