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Voltear el casete

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Para aquellos que aún tuvieron la oportunidad de reproducir un casete de música, la siguiente analogía será familiar, pero para aquellos que no lo conocieron, me permitiré explicarlo. Un casete era un formato de grabación popular en el siglo XX, que constaba de dos carretes pequeños dentro de una carcasa de plástico rectangular, a través del cual pasaba una cinta magnética enrollada alrededor de los carretes. La cinta magnética del casete de audio tenía dos pistas de grabación (lado A y lado B) que se reproducían en una casetera según el lado que se escogiera.

Una vez establecido esto, comencemos con el tema que quiero tratar hoy. ¿Qué hacemos cuando nos bloqueamos? Cuando sentimos que la frustración nos ha ganado y la fatiga nos ha alcanzado. Cuando enfrentamos un bloqueo mental, creativo o profesional y nos sentimos vacíos o estancados. El bloqueo no es la incapacidad de crear o actuar, sino la incapacidad de sentir satisfacción por nuestros resultados.

Cuando David Bowie, los Beatles o Jimi Hendrix se enfrentaron al muro del bloqueo creativo, en vez de esforzarse por derribarlo, le dieron la vuelta. Cambiaron de dirección, lo soltaron o simplemente caminaron hacia atrás mirando todo desde otra perspectiva. Le dieron la vuelta al casete.

A veces, el estrés diario nos satura horriblemente, secándonos como estrellas de mar varadas en la playa. Nos sirve distraernos para dejar que la mente se relaje. Esto ocurre en cualquier proceso que involucre trabajo mental. Sirve dejar ideas que no están dando frutos para luego, tal vez en el futuro, con una visión más fresca, podamos hacer que florezcan, o no. Pero no dejemos que eso nos limite.

Tal vez lo que nos haga falta para crecer sea ese lado B, buscar en nuestro inconsciente, enfrentar nuestros miedos, probar nuevas experiencias. Darle una vuelta a la vida y ver eso que siempre estuvo ahí pero nuestra visión de túnel no nos permitía dilucidar.

Atreverse… atreverse a no siempre ser espectacular. Es preferible que la inspiración nos agarre con un lápiz en la mano que sumidos en nuestra miseria. Todo tiene un lado B, solo hay que buscar cómo darle la vuelta.

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