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Tijuana, en la peor crisis de su historia 

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La sistemática violencia, el enorme caos en movilidad urbana, los constantes cortes de agua que se dan en cualquier zona de la ciudad, la destrucción que ha generado el paso de las lluvias y la falta de autoridad y de gobierno en todos los ámbitos, son temas preocupantes que –para especialistas, activistas y ciudadanos- tienen hoy a Tijuana sumergida en la peor de sus crisis en lo que va de su corta historia como ciudad. 

Los especialistas arguyen que las malas decisiones por parte de gobiernos anteriores y de quienes gobiernan actualmente, la falta de liderazgos que asuman responsabilidades y la nula participación ciudadana, son solo tres de los factores que inciden directamente en que Tijuana hoy en día esté pasando por su peor época, la cual se vislumbra no tenga mejoras en los próximos años. 

En materia de violencia, el ranking presentado el 20 de febrero pasado por el Observatorio Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Social (OCSPJS), coloca a Tijuana en el quinto lugar como la ciudad más violenta del mundo, dejando atrás el primer lugar que tuvo años anteriores, sin embargo, los hechos violentos de alto impacto siguen sucediendo. 

BALACERAS, ASESINATOS, PERSECUCIONES Y AJUSTES DE CUENTAS

En recientes fechas, el fiscal general de Baja California, Iván Carpio Sánchez, se ha vanagloriado en declarar que en los últimos meses en Tijuana ha disminuido el índice de homicidios dolosos, pero la constante que viven los miles de tijuanenses es un asedio de balaceras, asesinatos, persecuciones y ajustes de cuentas, las cuales han tenido un impacto de relevancia entre la ciudadanía. 

Dos de los casos más recientes fueron el asesinato del Bombero en proceso de jubilación, Rodrigo Alberto Choza Lupercio, registrado el pasado martes 25 de abril en la calle Cuarta, en plena Zona Centro de la ciudad. A este hecho se suma el ataque armado en contra del juez calificador Mario Ruiz Tamayo y su hija, el lunes 24 del mismo mes, afuera del colegia de la menor en la delegación Otay-Centenario, resultando heridos. 

Escena del crimen del Bombero en la calle Cuarta – Foto: Daniel Andrade

Otro de los hechos de alto impacto fue el asesinato del abogado Víctor Hugo López Ramírez, el pasado 16 de febrero en Zona Río, una de las zonas blindadas de la ciudad en donde comúnmente se da un desarrollo económico importante, además de ser espacio en el que miles de personas confluyen diariamente por sus trabajos. 

El asesinato del abogado, quien era originario de la Ciudad de México y quien estaba representando a un criminal apodado “Cabo 20”, que lleva un proceso penal en prisión preventiva por el asesinato de una persona y a quien también se le señala de haber ordenado la ejecución del fotoperiodista Margarito Martínez Esquivel, se dio a plena luz del día, en un puesto de tacos callejero en donde también resultó lesionada una mujer. 

Para el abogado y académico en la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), Roberto Quijano Luna, la violencia que hoy se cimbra en la ciudad tiene un pasado inmediato ocurrido en agosto de 2022, cuando se dio una quema consecutiva de carros del transporte público en diversas vialidades importantes de Tijuana. 

Quijano Luna dijo en entrevista que, estos hechos fueron sin duda “la cúspide donde se evidenciaron los miles de problemas de Tijuana, particularmente los de seguridad”, pues hoy en día “vemos una ciudad fuera de control, donde el crimen puede hacer realmente lo que quiera porque no va a haber ninguna consecuencia”. 

El especialista destacó que lo más significante, y preocupante a la vez, es que con estos actos el crimen organizado dejó en claro “que no le temen al gobierno, porque no va a haber ninguna reacción, no va a haber ninguna aplicación del uso de la fuerza, y de cierta manera es un antes y un después”. 

Una especialista que prefirió omitir su nombre por razones personales compartió con Quijano Luna que, con estos hechos se hizo oficial que el crimen “puede hacer lo que quiera en esta ciudad” y todo ello se debe a que el gobierno “está de brazos cruzados”, dejando a una ciudad desprotegida y a su suerte, atemorizada por el crimen organizado. 

“A la gente hoy en día le da temor usar el transporte público o al menos anda con mayores precauciones que antes y algunos prefieren ya no frecuentar lugares en donde saben que se han generado hechos violentos y eso merma la calidad de vida”, dijo. 

PÉSIMA INFRAESTRUCTURA Y PLANEACIÓN URBANA 

La especialista dijo en entrevista que a esta situación de la violencia se suman otras de índole institucional y natural, respectivamente, como es la escases del servicio de agua potable y los desastres que arrojaron las lluvias, lo cual deriva de “la pésima infraestructura con que cuenta la ciudad y las malas planeaciones que se realizan desde la parte de gobierno”. 

“Porque, no es posible que, en una ciudad como Tijuana, que se codea con ciudades como San Diego, sus habitantes incluso de zonas residenciales o mayor plusvalía como Playas de Tijuana, solo por mencionar alguna, lleguen a estar incluso semanas sin el servicio de agua y ya no le sumemos también los constantes cortes de energía eléctrica que también se dan en la ciudad”, resaltó. 

Durante el invierno, la temporada de lluvias llego a Tijuana y con ellas devino un caos que se generó en la ciudad, desde la movilidad porque las vialidades están deshechas, los sistemas pluviales ya son ineficientes, porque las zonas inhabitables están habitadas y de alguna forma se permite ello pese al riesgo y los problemas de derrumbes están a la orden del día, recalcó el especialista y “todo ello lo paga también la ciudadanía”. 

Ejemplo de ello, dijeron, es que cada que llueve se tienen que suspender las clases debido a la pésima infraestructura, lo cual pasa a perjudicar a los miles de niños y adolescentes que, de por sí, ya vienen de dos años de pandemia en los que su educación, con todos los esfuerzos que se hicieron, mermaron su calidad educativa y de aprendizaje. 

LA CIUDAD SE DESMORONA: TIJUANA MAZAPÁN”

Qué decir de los constantes desmoronamientos de tierra, deslaves y derrumbes que se han dado en la ciudad, como el socavón en la zona del Cañón del Matadero, hacia la entrada de Playas de Tijuana; o el colapso de los edificios departamentales en el fraccionamiento La Sierra, que mantuvieron en vilo a la población durante varios días, o los otros que también se están dando en otras partes de la ciudad. 

Hechos que llevaron al escarnio público a la alcaldesa Montserrat Caballero por haber señalado que Tijuana parecía un mazapán, en referencia a que este dulce suele desmoronarse fácilmente cuando se le quita la envoltura. 

Socavón en el Cañón del Matadero – Foto: Joebeth Terríquez

A esto se le suma el año que ya cumplió también el puente de Los Olivos, en la Vía Rápida, el cual es una de las conexiones importantes hacia el rumbo de la Zona Este. Aunado a la inhabilitación del puente de El Chaparral, ubicado en una de las zonas de mayor tráfico vehicular por estar en el área de la garita de San Ysidro. 

“Vamos en caída rápida y así como se desmoronan los cerros y los puentes se están destruyendo, así también vemos las calles de la ciudad, llenas de baches, sin alcantarillas, totalmente irremediables como sus gobiernos”, dijo uno de los especialistas.  

GOBIERNOS HAN TOMADO MALAS DECISIONES 

Para Quijano Luna, todos los temas y problemas que hoy tiene Tijuana no son más que el resultado de malas decisiones que se fueron tomando a lo largo de diferentes gobiernos en los últimos 10 años, por lo tanto, hoy en día los tijuanenses están pagando las consecuencias. 

“Lo preocupante es que hoy no podemos decir que se estén tomando mejores decisiones y que en 30 años vamos a estar mejores, porque parece que está sucediendo lo contrario y si hacemos un ejercicio imaginario, en 20 o 30 años puede que este mucho peor que ahora, porque no se está atendiendo el tema del agua, de la seguridad, de la infraestructura”, apuntó. 

Los especialistas refirieron que el ejemplo de ello es la actuación que tienen hoy en día las lideresas, tanto la alcaldesa de Tijuana, Montserrat Caballero Ramírez, como la gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda, a quien se le ve más activa en redes sociales exhibiendo a su familia, como gastando del erario público para publicitar las “bondades de Baja California” en programas de revista matutinos de índole nacional. 

“Las lideresas de hoy no inspiran respeto ni autoridad, solo burla y lástima”, apuntó Quijano Luna, clamor al que se le suman miles de voces de ciudadanos que en redes sociales están cada vez más manifestando su descontento ante las actitudes de ambas gobernantes.  

A ello se suma la falta de liderazgos, dijo, pues, aunque reconoce que hay algunos en el sector público y en el sector privado, razón por la que atribuye que “la ciudad no colapsa”, estos son insuficientes y tienen que venir también de la ciudadanía y no solo de los propios gobiernos. 

“Los tiene que haber en todos los sentidos, en comunidades, en colonias, en organizaciones, en escuelas, porque, al final, el propósito del líder es sacar adelante a su gente, el líder articula una visión y al final es la gente que los sigue quienes van a ejecutar esta visión, y el propósito de los líderes es sacar lo mejor de cada persona, por eso son esenciales”, refirió. 

El también abogado sentenció que en la ciudad no se está haciendo lo necesario para formar esos liderazgos, aunque, si bien, hay esfuerzos aislados que se hacen desde la academia, donde “se insiste con los alumnos a asumir ciertos liderazgos por el prestigio que les da la universidad, por ejemplo, y en ello también es asumir responsabilidades, que es algo clave”. 

FALTA DE PARTICIPACIÓN CIUDADANA 

El analista político Benedicto Ruiz, compartió mediante un tuit en su red social, que ante esta crisis que vive hoy en día Tijuana, “lo más preocupante es la crisis que hay en el seno de la sociedad que se muestra indolente, apática ante los problemas”

El especialista que guardó anonimato reforzó este planteamiento al señalar que la cuestión, en ese sentido, “es que a muchas personas no les interesa Tijuana, hay mucha gente que está aquí de paso, que no sienten un arraigo con la ciudad, no tienen identidad y esto demuestra que aquel que no tienen interés en Tijuana no tiene interés en cuidarla, ni en que las cosas mejoren”. 

“Esta es una situación triste porque a final de cuentas todos estamos atorados aquí, que mejor sería vivir en un lugar en donde haya buena infraestructura, seguridad y demás; la ciudad nos da muchas oportunidades, hay trabajo, pero podríamos estar mucho mejor si la gente participara”. 

Los especialistas coincidieron en que este problema de la falta de participación ciudadana se ve reflejado en los índices de abstencionismo que se registran en Baja California, con un 30% o menos del padrón electoral, “una situación que es muy lamentable porque demuestra que la ciudadanía no tiene ningún interés de participar en la democracia, cuando votar no es la única manera de hacerlo”, recalcó Quijano Luna. 

“La gente puede participar de muchas maneras, desde la integración en organizaciones, emprendiendo, o uniéndose a un grupo que discuta los temas de interés, y no solo eso, todos ganan, porque si las personas están motivadas en participar en un tema en concreto, van a tener un propósito de vida, una misión o una vocación y con eso se beneficia toda la sociedad”, dijo el académico de la UABC. 

MALA CALIDAD DE VIDA 

Al final de cuentas todo esto que hoy padece Tijuana, acotaron los especialistas, sumado al desinterés y apatía de la sociedad por estas problemáticas, generan que la ciudadanía confluya en una mala calidad de vida a la que, de manera preocupante, se están acostumbrando y están normalizando de manera generalizada. 

“En otras partes del mundo la calidad de vida va mejorando año tras año, pero de aquí no podemos decir lo mismo; hemos avanzado mucho, pero en los últimos 10 años todo se ha deteriorado y los problemas están explotando; cuando llueve se destruye la ciudad, queman el transporte público, la gente se queda sin agua por semanas, y pasan un montón de cosas que nos comunican que la ciudad está en pésimas condiciones de salud”, dijo Quijano Luna. 

El abogado agregó: “Me gustaría decir que estamos tocando fondo con todas estas cosas, pero la realidad y en cierta manera las consecuencias se han prolongado, porque no es como que después de estos acontecimientos se hubiera dado un despertar de las autoridades y la sociedad para poner un alto y un hasta aquí. 

“La realidad es que las cosas continúan exactamente iguales y como empezaron aquel día de los hechos violentos y nos vemos en esta situación en la que el tijuanense promedio se tiene que acostumbrar a vivir aterrorizados, inseguros y con una mala calidad de vida”, sentenció. 


*Reportaje corregido y aumentado, publicado originalmente en la revista Buzos de la Noticia.

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