El Hotel Migrante de Mexicali, operado por la organización Ángeles Sin Fronteras, cerrará sus puertas el último día de este año, marcando el fin de 13 años de apoyo a personas repatriadas.
La noticia fue confirmada por Sergio Tamai, fundador del albergue, quien expresó su decepción ante la falta de apoyo gubernamental y las dificultades financieras que llevaron al cierre.
El cese de apoyos federales a las asociaciones civiles, debido a presuntos casos de corrupción, impactó significativamente tanto al albergue como a otros espacios similares en la región.
Tamai señaló que durante cinco años no recibieron respaldo y, en casos anteriores, eran menospreciados y acusados de involucrarse en otros temas.
También acusó al actual secretario estatal de gobierno, Catalino Zavala, de tomar decisiones que afectaron al albergue, incluido el corte de suministro eléctrico a las instalaciones.
Además, mencionó que otros albergues en la ciudad enfrentan situaciones similares, ya que las organizaciones independientes carecen de recursos.
Las deudas acumuladas llevaron al albergue a una situación insostenible. A pesar de buscar un convenio con la Comisión Estatal de Servicios Públicos, no pudieron solventar el gasto generado por el consumo de agua.
“Luego nos pidieron que, en lugar de 60 mil pesos, pagáramos 80 mil de renta y pues no tenemos dinero”.
Además destacó que comentarios y descalificaciones frenaron la venta de productos en la garita de Mexicali, actividad que generaba ingresos para cubrir gastos.
El albergue, fundado por Sergio Tamai el 15 de enero de 2010, atendía diariamente a un aproximado de entre 150 y 200 personas repatriadas. Durante las primeras caravanas, llegó a albergar hasta 600 extranjeros.
Con el cierre del Hotel Migrante, el director del albergue anunció su intención de retomar las movilizaciones, como marchas y bloqueos, para exigir un trato digno a los albergues y visibilizar la difícil situación que enfrentan.
