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Hijo de Pablo Escobar: Prohibicionismo sólo garantiza más guerra y violencia

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A estas alturas, cualquiera que haya revisado la historia de la guerra contra las drogas sabe que este conflicto fracasó, dejando miles de víctimas por sobredosis, una álgida violencia, crímenes, lo que ha dado como resultado un contexto de inseguridad e incertidumbre para el ciudadano de a pie, el que se mantiene alejado del narcotráfico, pero que termina siendo el más afectado en el desarrollo de su vida diaria.

Juan Sebastián Marroquín Santos es un hombre que ha visto de cerca el mundo de las drogas, no desde el consumo, sino del otro lado, el de los negocios, la producción y en especial, el de la corrupción y complicidad de los gobiernos como el de Estados Unidos, el máximo impulsor de esta lucha a los estupefacientes.

El nombre de esta persona no figura en la lista de capos más buscados, sin embargo, su padre fue por mucho tiempo el objetivo principal de los norteamericanos, el narcotraficante Pablo Escobar Gaviria.

Tras vivir lo ocurrido con su padre cambió su identidad, dejando atrás a Juan Pablo Escobar, nombre que le había dado el que fuera conocido como “El Patrón” y, a diferencia de este último, se dedica a llevar un mensaje de paz y crítica al combate a las drogas, mismo que compartió en el Club Campestre de Tijuana.

“El contexto prohibicionista lo único que nos va a garantizar es la continuación de la violencia, la continuación del deterioro de nuestros valores humanos, del patrocinio de la corrupción y esto es todo lo que produce el prohibicionismo, este caos en el que estamos es exclusivamente por esa razón”, manifestó durante su conferencia.

Para este último, el prohibicinismo ha sido la gran excusa para que países imperialistas puedan controlar a naciones menos poderosas, esto a través de la construcción de bases militares en toda América Latina, ejerciendo con ello una estrategia que también permite expandir el control político y militar.

“Hace dos siglos que nos están diciendo que prohibir es bueno, que prohibir nos viene bien y hoy están triplicados los cultivos o cuadriplicados en el mundo gracias al prohibicionismo… no ha habido un cambio real y creo que no lo va haber en medida que no se modifique la visión arcaíca que tienen algunos Estados y que obviamente es muy conveniente desde el punto de vista político, económico y militar”, recalcó Marroquín Santos.

Considera que se están utilizando las herramientas equivocadas para enfrentar un problema que es competente a la salud pública y no al sector militar, algo que equiparó con combatir el Covid con ametralladoras. “Así hay que compararlo, entonces lo único que va a garantizar esto es el exacerbamiento de la guerra, de la violencia, de la destrucción de la sangre, la muerte”, advirtió.

Ante este entorno, las respuestas tienen que venir de otros lugares, vistas desde otro enfoque, uno que los gobiernos puedan y quieran adoptar para frenar el desastre que ha sido la guerra contra las drogas.

“Podemos transmitirle a esos líderes que se puede convivir en paz con las drogas, que se puede, a través de la educación, formar a nuestros jóvenes para que no las consuman, no estamos diciendo que sean buenas, estamos diciendo que tenemos que estar educados para decirle que no a las drogas, con conocimiento de causa, pero no a través de las ametralladoras ni del miedo, de la militarización, eso no se resuelve así”, finalizó.

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