Fotoensayo | Las pertenencias que llevan los migrantes y que dejan en su paso por la frontera
Fotografías de algún ser querido, prendas de niños y de mujeres, maletas vacías, pasaportes e identificaciones personales, uno que otro número garabateado en un papel e imágenes de deidades religiosas son algunas de las posesiones que brotan a lo largo de la frontera entre Baja California y Estados Unidos.
Cubiertas de polvo, son pertenencias que tiraron las madres, padres y niños en su paso por esta frontera, dejando rastro de su camino en busca de una vida mejor. Objetos que preciados que fueron transportados durante semanas o meses a lo largo de cientos de kilómetros.
Lo que más resalta son los pasaportes e identificaciones de migrantes procedentes de lugares tan diversos como China, Nepal, Ucrania, Colombia, Venezuela y del interior de México.
Las prendas cuelgan entre los árboles y los arbustos como adornos extraños en las zonas de Playas, “el bordo” y el ejido Jacumé; algunos de quienes las usaron serán enviados de regreso a sus países. Otros correrán con la fortuna de poder encontrar un hogar en una nueva tierra y otros tantos se quedarán a mitad de camino.
Entre las pertenencias los migrantes también llevan puestas sus esperanzas: traen pruebas de las amenazas y la violencia de la que huyen y esperan presentarlas para solicitar asilo. También llevan certificados de nacimiento, preciados para los padres migrantes que temen ser separados de sus hijos por las autoridades estadounidenses.
Algunos de estos objetos eran lo último preciado que llevaban consigo los migrantes y al dejarlos atrás se desprendieron finalmente de todo.