El 90% del territorio y diseño en Tijuana no es accesible para personas con discapacidad
Debido a la tipografía en la que se encuentra asentada Tijuana, entre un montón de laderas y cañones, el 90 por ciento de su territorio no es accesible para las personas con limitaciones y discapacidad, lo cual hace que la vida para esta población sea más complicada incluyendo que a las autoridades les ha faltado voluntad política para su inclusión.
De esta manera es como lo percibe y cuestiona Eduardo López Ruíz, activista y promotor de Tijuana ACCESS, quien además asegura que se siguen cometiendo los mismos errores de antes en cuanto a diseño, sobre todo en materia de educación y transporte público.
Para tener un panorama, el activista compartió en entrevista que en Baja California hay 541 mil personas con discapacidad, lo cual “nos hace la minoría más grande del estado y del mundo, que no es cosa para presumir, sino para ocuparnos”, dijo.
Especificó que, de ese total, en Tijuana hay 262 mil personas con limitación y discapacidad, de los cuales 71 mil tienen una condición permanente e irreversible, es decir que jamás van a recuperar sus capacidades cognitivas, intelectuales o de movilidad sensorial.
Considerando ese panorama, López Ruíz señaló que es preocupante la manera en la que las autoridades han manejado esta temática porque, si bien, las ciudades de México generalmente son inaccesibles, tienen zonas prioritarias como lo son las zonas turísticas o las más planas, que han sido sujetas a medidas de accesibilidad.
“Pero si haces una calificación, resulta que hay una topografía en Tijuana que jamás va a ser accesible, porque somos una ciudad llena de cañones y laderas, pero hay una gran parte que se puede resolver. Hay zonas prioritarias que son urgentes y es el área educativa y tenemos miles de escuelas reprobadas en materia de accesibilidad”, exclamó.
Lo que el activista refirió es que no se les está tomando en cuenta en áreas tan importantes como la educativa, considerando la alta cantidad de personas con alguna limitante o discapacidad, situación que se suma a la del transporte público, en donde tampoco hay mucha inclusión para ellos.
“Hace unas semanas se lanzó una flotilla de camiones en Tijuana (por el gobierno del estado), pero seguimos cometiendo un error en el diseño cuando decimos, ‘no se preocupen, va a haber cinco o 10 camiones, pero uno de ellos va a tener accesibilidad para la población con movilidad reducida’, me disculpan, pero debieron haber sido el 100% de los camiones”, dijo.
A ello agregó que “nuevamente hoy estamos haciendo una tregua, porque necesitamos reflexionar en el punto del diseño, ahí nos estamos equivocando, ahí nos equivocamos en el pasado y el temor es que nos equivoquemos mañana. O sea, imagínate, estar esperando ese único camión que tiene rampa, es como un volado, estar esperando solo a que pase ese”.
Las personas con discapacidad visual y motriz son las que generalmente suelen enfrentarse en su día a día a esta adversidad del transporte público, como lo hizo saber Raúl Pérez Torres, director del Centro de Capacitación para Invidentes, quien coincidió en la exigencia considerando que principalmente no cuentan con las adecuaciones necesarias o porque también hace falta empatía por parte de los conductores que no tienen la consideración hacia estas personas.
Razones por las que hizo un llamado a que sean más inclusivos en este sector, ya que, “en nuestro caso es un poco más la falta de empatía del conductor del transporte para que se tome el tiempo para que la persona pueda subirse y asegurarse de tomar un asiento”.
Siendo que Tijuana es una ciudad muy movida, refirió que muchas veces los conductores no se dan ese tiempo para que las personas se suban o se les respete el asiento asignado, por lo que aseguró que hace falta capacitación entre los conductores para generarles esa empatía.
“Es difícil que entiendan la situación en la que estamos porque quien no ha vivido una discapacidad le es difícil entendernos, por ello es necesario que se sensibilicen y que tomen en cuenta ello, pues de esa manera a nosotros nos facilitan también nuestro día a día”, dijo.
Pérez Torres resaltó que para las personas con discapacidad visual no se requiere mucho y no es tanta la adecuación que se le tenga que hacer al transporte, sino que tiene que ver más con que se respete el área o los asientos para las personas con discapacidad, que es el primero del lado derecho del chofer.
“La cuestión es que sí se tienen los señalamientos que son exclusivos para personas discapacitadas o para la tercera edad, pero no se respetan y ahí implica una cultura de respeto, por ende, se tendría que aplicar más severidad hacia la persona que no respete”, refirió.
Otro tema que también apuntó es el de las vías públicas y las calles, donde suelen encontrarse con otro reto, ya que “para una persona con discapacidad visual que le pongan en medio de la banqueta un teléfono, los postes de luz, todo ello son un impedimento para poder desplazarse y estamos expuestos a un accidente”.