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‘Comida No Bombas’: Proyecto anticapitalista en defensa del derecho a la alimentación

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Por Clarissa Raaveli

Desde hace más de 10 años, la organización comunitaria y social Tijuana Comida, No Bombas se ha encargado de rescatar, cocinar y compartir comida recién hecha de forma gratuita para personas que viven en situación de calle y migrantes deportados que deambulan por las calles de la ciudad en busca de nuevas oportunidades.

Fundamentados en una postura anticapitalismo, Chris y Beth, los fundadores de este proyecto, se reúnen todas las tardes de lunes y miércoles en el Enclave Caracol, ubicado en la Zona Centro, en donde junto con voluntarios preparan la comida y a las 6:00 en punto la distribuyen entre las decenas de personas que se dan cita al lugar.

De acuerdo con Chris, el proyecto original de “Food Not Bombs, o Comida, No Bombas”, comenzó en Massachusetts “como una idea que iba en contra de la energía nuclear y se acabó convirtiendo en un movimiento de personas recolectando comida en buen estado, sirviéndola de forma gratuita en parques y espacios públicos, en forma de protesta”.

De esa propuesta, y después de haber conocido a los impulsores de la idea original, Chris y Beth decidieron traer el proyecto a Tijuana, en donde ya se han afianzado como una organización comunitaria “que defiende el derecho que tenemos todos al acceso a una buena alimentación”.

“Es una forma de protestar sobre el por qué tantas personas pasan hambre en las calles, por qué se gasta tanto dinero en comida, por qué se gasta tanto dinero en otras cosas y no cuidar algo tan básico como el alimentar a la población, a las personas sin hogar”, señaló.

Agregó que, “los gobiernos se empeñan en ignorar este tipo de cosas, y considero que aquí en Tijuana es particularmente relevante el tema”, comentó Chris.

Fundamental el rescate de la comida

Chris compartió que un elemento fundamental del proyecto es, sin duda, el rescate y la recolección de alimentos y comida en buen estado que tenían como destino ir a la basura, lo cual han cimentado gracias al aporte y la colaboración con establecimientos de la ciudad como los mercados Hidalgo y Juárez.

“Nos dedicamos básicamente a rescatar esta comida que está a punto de ser desechada, pero que está en perfecto estado, y que por estética o por razones comerciales la desechan porque ya no es comercial, ya no es vendible, y la tiran, y nosotros nos encargamos de rescatarla”, destacó.

El activista señaló que una vez que rescatan la comida, la concentran en la cocina comunitaria del Enclave Caracol, donde también se prepara con manos de todos los voluntarios “llegan y pican verduras, cocinan y todo se vuelve como una reunión con amigos cocinando”.

También expuso que a cada servicio de comida que realizan se le llama capítulo, y actualmente se realizan dos por semana en la misma locación, en la Zona Centro, los lunes y miércoles, y en cada uno de estos capítulos se le otorga alimento a alrededor de 150 personas.

Filosofía vegana

Luego de una serie de cambios y transiciones que han tenido al interior de la propia organización, Tijuana Comida, No Bombas ha decidido mantener su comida al estilo vegano a manera de filosofía permanente, es decir, sin usar productos de origen animal también acorde a la propuesta que mantienen desde su origen.

De esta manera, los coordinadores hacen el esfuerzo “por construir una propuesta de comida que sea congruente con la crítica que hacemos al sistema capitalista y que esta se mantenga firme, sobre todo en una sociedad en donde una de las problemáticas y contradicciones es la industria alimenticia”.

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