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Milagros Caramelo y la importancia de la esterilización 

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Un tapete gris servía para mostrar las pantuflas, tenis, zapatos, latas de comida y un paquete de avena que rondaba el medio kilo. 

En el sobreruedas de Otay yacía este cuadro, al cual le falta la protagonista principal, la minina Milagros Caramelo. 

Ella, usaba la avena como almohada en el puesto de Rosa, su rescatista y compañera, pero para que esta gatita pudiera estar placenteramente descansando una mañana de sábado semi nublado, tuvieron que pasar algunas cosas. 

Fue hace cinco años cuando la vida las unió bajo una circunstancia de vida o muerte. 

“De la mitad para atrás de su cuerpo estaba toda ensangrentada, nunca supimos que había pasado, si la atropellaron o qué”, platicó Rosa. 

Milagros Caramelo – Foto: Crisstian Villicaña

Rápido, se fueron a un veterinario cercano en la colonia Postal, donde encontraron ayuda para atenderla. 

“Le dieron muchas cosas, pastillas para desinflamar, para la infección; así estuvo por tres meses hasta que se alivió”, narró su compañera. 

Sus hijos se encariñaron con la gatita, tomándole afecto desde su difícil llegada, la cual pudo superar gracias al cariño de la familia y la atención profesional del médico veterinario. 

“Cuando vi que estaba arriba en un árbol y luego saltó al techo, supe que ya estaba bien, que se había curado”, expresó Rosa. 

Pero la recuperación de Milagros Caramelo no fue al cien por ciento, ya que su cadera no quedó curada por completo, motivo por el que el veterinario recomendó esterilizarla lo más pronto posible, ya que si llegaba a embarazarse sufriría mucho. 

“En la primera oportunidad la esterilicé en una campaña que cobraban barato, como 190 pesos pagué”, refirió Rosa.

Milagros Caramelo tuvo mucha suerte de encontrarse con una familia que la sanara y la hiciera parte suya, no obstante, decenas de mininos no tienen la misma oportunidad.

En ese sentido, su rescatista y compañera recomienda esterilizar a las mascotas para evitar que haya muchos gatitos sin hogar rondando por las calles de Tijuana, algunos siendo lanzados a terrenos baldíos, basureros o dejados en una caja en la vía pública. 

“Pobre gatitos y perritos, me da pena que no los esterilicen, ojalá hubiera más conciencia sobre los animalitos”, concluyó Rosa. 

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