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Women in Turkish Electronic Music: Un retrato de la electrónica contemporánea turca en clave femenina

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En cuestiones de documentación y compilación de prácticas musicales que se alejen de las convencionalidades, no hay mejor sello que la casa belga Sub Rosa. Desde su inicio en los ochentas, su enmienda ha sido dar difusión a artistas que se mueven en el subterráneo, y de traer a la luz aquellos proyectos que se han mantenido en el anonimato o que están emergiendo en el mundo de la música experimental.

Uno de sus rescates más importantes ha sido My Sixteen Little Planets (2018) de Daniel Malempré, que tiene una historia que amerita su propia columna en un futuro, pero ha sido gracias a sus antologías que han logrado colocar en el imaginario colectivo (aunque sea de nicho) a varias y varios artistas de distintas partes del mundo. 

Estas antologías, por lo general, rescatan el trabajo de alguna compositora o compositor de antaño, haciendo una selección de sus piezas más representativas; en otras ocasiones, no menos frecuentes, estos compendios funcionan como un muestrario de varios proyectos que formaron parte de un movimiento en específico. Sin embargo, es importante resaltar que este trabajo de archivo no sólo se enfoca en traer el pasado al frente, sino que también nos sitúa en escenas que se están gestando en la actualidad. 

En el 2017, el sello lanzó su antología de música experimental turca (An Anthology of Turkish Experimental Music 1961-2014), un doble LP que, a lo largo de 29 tracks, mostraba la evolución y diversidad de las prácticas experimentales y de música contemporánea. Continuando con estas investigaciones, en septiembre de este año se lanzó Women in Turkish Electronic Music que nos muestra el trabajo de 15 artistas de quienes sus composiciones no tienen más de cinco años.

Es un retrato muy fiel en el hecho de que es bastante reciente, lo cual se puede reconocer por su enfoque al lado más abstracto de la composición electrónica, con piezas que van desde lo concreto, la electroacústica, o jugueteos con dinámicas rítmicas y tímbricas más convencionales, pero con un evidente enfoque en el diseño sonoro. 

Como siempre lo he dicho, cuando se trata de este tipo de compilados, se debe evitar caer en el juego de la comparación; el punto no es identificar cuál es la “mejor”, sino entender que se trata de un muestreo de lo que sucedió, o está sucediendo, en un determinado movimiento musical, o zona geográfica. Sin embargo, inevitablemente habrá piezas que resalten más que otras dependiendo de nuestros gustos y expectativas.

En mi caso, destaco el aporte de Fulya Uçanok, “Balloons for Thought”, que fue la primera pieza que me hizo revisar el tracklist para ver de quién se trataba, y de quien, tras indagar un poco más, ahora puedo recomendar su trabajo como parte de iKKi Duo, proyecto en el que, junto con la cellista Zeynep Ayse Hatipoglu, se mueve con libertad en un ambiente de improvisación a base de cello, piano, artilugios electrónicos y objetos comunes. 

Otra pieza que, debido a mi predilección por la estridencia industrial, llamó especialmente mi atención, fue “Ancient Spells” del proyecto solista de Filis Zert, Kaosmos; con su cadencia lenta, casi tribal acompañada de texturas ásperas nos adentra en un introspectivo trance del que el siguiente track, “Suikinkuts” de MelteM Ural, nos despierta con una secuencia rítmica sintética de timbre más penetrante. Esta antología cierra con un glitch a cargo de Zeynep Sarikartal, que a lo largo de sus cuatro minutos de duración, nos muestra un excelente manejo de la síntesis sonora, evolucionando poco a poco, tornándose cada vez más caótico.

Creo que está de más remarcar la importancia de este documento, pues desde el ángulo que lo queramos ver, sirve un propósito distinto. Para quienes pudieran no estar tan adentrados en lo que sucede musicalmente fuera de los grandes nombres, saber que hay arte gestándose en otras latitudes que no son las predominantes podría resultar en un interés por indagar e investigar más al respecto; para otras personas podría significar un reacomodo en la idea del rol que tienen las mujeres en la vanguardia ajena a las Nathy Peluso o similares, que, sin restarles la importancia que claramente tienen, sólo representan la punta del iceberg así como una imagen de empoderamiento ideada por un equipo de marketing. No obstante, con esto último no se pretende minimizar a esas artistas para enaltecer el trabajo de las que figuran en este compilado; la idea es añadir más información para enriquecer un panorama que sigue falto de la atención merecida.

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