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“Un fotolibro no es un libro de fotografía, es un fenómeno diferente”: Francisco Mata Rosas

Foto: Alfonso Lorenzana / Cortesía Cecut
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“Un fotolibro no es un libro de fotografía, es un fenómeno diferente, el libro de fotografía es una colección de imágenes que publicamos en papel, pero el fotolibro trasciende eso para convertirse en una pieza que se acerca al terreno del arte, rebasando el terreno de la información, de la difusión de la fotografía y colinda con otros campos y lenguajes, como el cine, la música, la ciencia inclusive”.

De esta manera fue como se expresó el fotodocumentalista Francisco Mata Rosas, quien el pasado martes 21 de enero ofreció la charla “Aspectos creativos, crónica en fotolibros y realidades periféricas”, en la Sala Carlos Monsiváis del Centro Cultural Tijuana (Cecut).

La ilustrativa plática se enfocó en la narrativa y experimentación en los fotolibros, narrando globalmente los inicios históricos de estos soportes visuales, definiendo diversos conceptos relevantes a la fotografía en sí y mostrando una variedad de ejemplos gráficos, incluyendo algunos de sus propios fotolibros caracterizados por las diferentes técnicas y formas de presentarse al lector.

Durante la charla, Mata Rosas recordó a los presentes “que el origen de la fotografía es como un invento científico, un invento técnico y no artístico. Eso permitió que durante mucho tiempo concibiéramos a la fotografía como una forma de capturar y reproducir fielmente la naturaleza, de una manera objetiva y neutral. La fotografía era la verdad, la realidad y no había intervención del fotógrafo. Eso, por supuesto, cambió por completo”.

Foto: Alfonso Lorenzana / Cortesía Cecut

Agregó que “la fotografía no es en la actualidad simplemente una forma de reproducir la realidad, sino que es una forma de contar valiéndose de todas las posibilidades que pueda tener la imagen como vehículo narrativo. Estamos en un momento de imagen gaseosa, donde nuestro contacto con la imagen y su circulación ya no tiene una forma, un cauce definido, sino que está por todos lados, permea todo”.

“Esta relación con la imagen, sumado a la capacidad tecnológica que tenemos todos de capturar imágenes, sonidos y de compartirlos, nos da un contexto de una manera diferente de comunicarnos a través de las imágenes, de circularla y de consumirla. Pero nosotros como creadores, comunicadores y artistas, tenemos que entender que la salida de nuestro producto, de nuestro proyecto, tiene que ver con el contenido”.

“A veces se fotografía ya pensando en el libro, ya hay como un guion, fórmula o receta de los fotolibros exitosos y se trabaja directamente pensando en qué es lo que se va a hacer en él. No se utiliza el fotolibro como una forma de sacar el trabajo, de complementar la narrativa, de dar forma al contenido o como la última etapa del proceso creativo, sino que el soporte se convierte en lo más importante”.

Finalmente Mata Rosas, ganador de la Medalla al Mérito Fotográfico en 2022, mostró en pantalla y de manera física algunos de sus propios y distintivos fotolibros como La línea, apuntes desde la frontera norte (2002), Existo porque resisto (2023), y algunos otros que ha coordinado en colaboración con la Universidad Autónoma Metropolitana.

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