El gobierno estadunidense de Donald Trump retomó la reconstrucción del muro fronterizo en la ciudad mexicana de Tijuana, después de ocho meses de que las obras estuvieran suspendidas por órdenes de Joe Biden durante su administración.
Desde el pasado 20 de enero, día que Trump asumió su segundo periodo como presidente de Estados Unidos, se han observado a trabajadores de la construcción en la zona de la playa, en donde justamente la valla metálica desemboca en el Océano Pacífico.
Esto lo confirmó a EFE el activista Daniel Watman, director de programas del Parque de la Amistad en Tijuana, quien ha cuestionado y seguido muy de cerca estas acciones:
“El día de Trump, desde las siete de la mañana llegaron los trabajadores y comenzaron a extender el muro. Lo que no sabemos es de dónde sacaron los fondos, porque decían las autoridades que no había fondos para ello”, resaltó.
Los muros violentan vidas
La reconstrucción del muro estas áreas específicas son parte del plan de acción y contención de migrantes que reforzó el presidente estadunidense, con la intención de no permitir el ingreso de migrantes indocumentados hacia su país.
Watman considera que Trump “utiliza una retórica para que la gente se enoje y tiene toda una retórica falsa de que necesitan poner más muros y necesitan militarizar más, pero la verdad es que es parte de una industria que genera mucho dinero para mucha gente y no protege a nadie”.
El activista destacó que, pese a esta situación, ellos todavía mantienen firme la visión de tener un parque sin muros, porque “vemos a los muros como una cosa muy violenta, que perjudica mucho y que demuestra lo contrario de lo que dicen que es para protección, pero en realidad causa mucho daño”.
“Nuestra idea es que sea un parque en donde la gente pueda entablar amistades y las familias puedan estar juntas. Que sea un símbolo de lo que necesitamos y aprovechar de que tenemos un ecosistema compartido para mostrar al mundo que necesitamos colaborar a través de las fronteras para salvar nuestro planeta”, destacó.
Watman ha sido un férreo defensor del Parque de la Amistad, que fuera creado en 1971 por la entonces primera dama Pat Nixon, como un símbolo de unidad entre ambas naciones, el cual posteriormente fungió como sitio para las reunificaciones familiares.
Sin embargo, desde el periodo de la pandemia este espacio del lado estadunidense se ha mantenido cerrado y sin acceso al público. Watman dijo que primero fue por razones de emergencia de salud, “después ha sido por múltiples cosas por las que no lo han querido reabrir.
Futuro incierto para el parque
El activista señaló que, con la llegada de Trump, no saben cuál va a ser el futuro de este parte, ya que hasta ahora no han tenido contacto con nadie de la nueva administración.
“Tenemos todavía un escrito de la administración pasada de Joe Biden, en el que se nos menciona que cuando sean terminados los dos muros, abrirían una puerta del segundo muro para dejar pasar a las personas.
“La idea, según se señala el documento, es dejar pasar de una forma muy restringida y como lo explicaron, va a ser más que un parque, como una visita a prisión o algo así, pero tenemos nuestras dudas porque anteriormente no terminaron todo y fue el pretexto para no abrir esa puerta”, dijo.
El activista acotó que ahora con está retórica de Trump de que todos los que viven de este lado de la frontera “son malos, pues no sabemos si van a honrar el escrito que nos dieron para poder abrir esa puerta y permitir los encuentros familiares, todo es incierto con este presidente”.
