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Restricciones al asilo generan graves repercusiones en la salud de los migrantes

Foto: Archivo
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Las políticas migratorias y las restricciones al asilo humanitario por parte del gobierno de Estados Unidos generan efectos negativos en la salud de las personas migrantes y cada vez son más los diagnósticos de esa índole los que se están detectando entre las personas que arriban a Tijuana.

Así lo aseguró Psyche Calderón Vargas, fundadora y coordinadora de evaluación y vinculación de Refugee Health Alliance, quien urgió a las autoridades para que se establezcan protocolos de atención específica a estas personas y se les garanticen también los accesos a la salud en los centros médicos de la ciudad.

“Llevo siete años observando los efectos en la salud que producen las políticas migratorias en las personas que llegan buscando asilo y los servicios son carentes, además que científicamente está comprobado que encontraremos más reacciones de este tipo, sobre todo en las infancias conforme vayan llevando su crecimiento, pero también en su progenie, porque el estrés de la migración se hereda”, destacó.

La también académica refirió que “la crisis de salud en Tijuana existe, porque los servicios de salud están rebasados”, y en cuanto a la población migrante, lo que se requieren “son protocolos específicos de servicio, porque, de por sí, la mayoría de las personas que llegan a la ciudad no saben que existe el CBP-One y que el proceso de asilo está bloqueado, mucho menos saben a que accesos y servicios de salud tienen derecho”.

“En lo personal, me gustaría tener algo como lo que había en 2018, cuando las autoridades proporcionaban estancias especiales, por ejemplo, para las embarazadas, que les permitían y tenían toda la etapa del embarazo cubierto y 40 días más después del parto, eso salvó a muchas mujeres de tener que parir en la calle”, resaltó.

Ejemplificó que es necesario un protocolo específico que diga y resalte que las personas migrantes tienen cierto tipo de servicios específicos en la ciudad o en algunos centros de salud, a los cuales pueden acceder con su tarjeta de ayuda humanitaria o cualquier documento que les expidan una vez que ingresan al país.

En cuanto a esos efectos negativos en salud, detalló que detectamos continuamente gripes y diarreas, pero otras que son más derivadas del estrés, “como dolores de cabeza que no se quitan, dolor de abdomen, colon e intestinos irritables, dolores de articulaciones que no se explican con nada y enfermedades crónico-degenerativas como diabetes e hipertensión”.

Explicó que, para que los migrantes en general puedan tener acceso a ciertos servicios de salud, requieren tener una CURP, pero para ello, es un proceso largo que requiere de muchas citas en las que les den diagnósticos, lo cual les lleva mucho tiempo cuando algunos migrantes no pueden esperar más por su condición de desplazado.

Por este motivo, reiteró, es necesario que se establezcan esos protocolos en conjunto con las organizaciones civiles, porque son quienes tienen el contacto directo con los migrantes, sobre todo, “porque mientras el asilo humanitario se le siga negando a las personas que lo necesitan, seguirá causando atrocidades, no solo en temas de salud”.

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