Este martes en los diversos templos y en la catedral de Tijuana replicaron las campanas en honor a las víctimas de violencia en México y como clamor por la justicia tras el asesinato, hace un año, de los sacerdotes jesuitas Javier Campos y Joaquín César, en Cerocahui, en la Sierra Tarahumara.
A las 2:00 de la tarde, tiempo del Pacífico, sonaron los campanarios en la ciudad, luego del llamado que hiciera la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), acción que se llevó a cabo en los diversos templos de todo el país.
A propósito, el señor Erick Carrillo, presidente de la Fundación Todos Somos Erick Carrillo, señaló que se unieron a esta acción y a la misa conmemorativa donde se llevó a cabo una oración, como símbolo de unidad con las personas desaparecidas y la violencia que se ha vivido en el país.
La fundación que preside desde hace cuatro años, se ha encargado de realizar una búsqueda incesante no solamente de su hijo, quien se encuentra desaparecido, sino de todas las familias que se han unido a la organización con el mismo fin.
“En los cuatro años que llevamos la situación ha ido igual, en menos de 10 días hemos encontrado los cuerpos de 10 personas y las autoridades no han dicho ni hecho nada, ellos están contentos porque estamos haciendo el trabajo que deberían hacer ellos”, dijo en entrevista.
Resaltó que gracias a ese trabajo que realizan, ellos han estado “limpiado las carpetas”, es decir que se han procesado algunas investigaciones que estaban ahí paradas debido a que no contaban con el apoyo suficiente para esta labor.
Ahora, dijo, están colaborando de la mano de la Fiscalía General del estado (FGE) en esas búsquedas, puesto que “ha cambiado mucho la situación, ya que con el Fiscal pasado había cero apoyo para las víctimas y ahora es poco, pero ya hay más apertura con ellos”.
Luego del sonar de las campanas, y ante el panorama de violencia que aqueja al país, las autoridades eclesiásticas lanzaron un exhorto a “promover la paz, la reconciliación y el respeto por la dignidad humana”.
