#Periférica | Manjares del Paladar de Mila, una mirada a la poesía de Carolina Herrejón
…yo te conocí en el vientre de mi madre
y ella en el vientre de su madre…
Las mamás tenemos la tendencia y una fuerte carga en nuestro ADN de “guardar”, ya sea recetas, ropita de nuestros bebés, cabello, dientes, dibujos, etcétera.
También guardamos aromas, lágrimas, achaques, rabia y memorias que no son meramente nuestras; habitamos a las mujeres de la familia de una manera muy peculiar, las conocemos desde antes de nacer y así vamos tejiendo una espesa trenza que al parecer entre más avanza y se entrelaza, nos brinda sanación y cobijo.
De esta manera tejemos una memoria colectiva, un recuerdo que pertenece a otra y con ese deseo enorme, el de honrar a sus mujeres, Carolina Herrejón escribe El paladar de Mila.
El paladar de Mila es un poemario de escritura íntima, donde la autora relata -de manera breve- una enorme carga emocional que dibuja la genealogía de las mujeres de su familia. Como bien lo señala el título, la boca de Mila y las memorias de ella son la inspiración y el emblema familiar para contar la historia de muchas:
“¿Somos una anomalía?
No
así son las lunas de nosotras
con estas lunas de leche
nutrimos nuestra estirpe y todo lo que somos
con estas lunas matreras
hicimos del tiempo, el hambre y la pobreza
un alimento dulce
que regó ocho árboles genealógicos a su vez…”
A través de este libro podemos leer claramente la melancolía, superstición, violencia de género, el rol de lo que fue ser mujer en el siglo pasado, el temor y rechazo que muchas veces nos provoca el cuerpo, la erótica en lo mitológico y los ritmos en su cabeza de canciones entrañables que solo son para ellas, las mujeres que aún alimentan el paladar de su ancestra.
El paladar de Mila es un libro editado por Silla Vacía y acreedor del premio de poesía “Palabras de Colibrí” en el año 2023 (Secretaría de Cultura de Michoacán), está dividido en una introducción y tres apartados que narran a través de la poesía de corto y largo aliento, y con un enfoque muy bien aterrizado en la perspectiva de género.