Escribe sobre la felicidad
Me ha pasado que alguien me dice: escribe de viajes interestelares, escribe sobre la felicidad o las buenas noticias. Yo creo que los poetas hemos intentado, desde el principio de los tiempos, ver con claridad al fondo de unos ojos felices. Pienso que la felicidad es abstracción, hay que reconocerlo, tiene la misma naturaleza que la poesía.
No es algo que ocupe un espacio, que se pueda señalar, que se pueda encontrar removiendo las aguas de la existencia. Está escondida en los instantes, por ejemplo cuando recibes una gran noticia que ni siquiera esperabas o cuando el café de la mañana está más delicioso que de costumbre y te despierta suavemente, no con un golpe en el rostro.
Está en un día lluvioso, cuando miras a tu madre y descubres que la belleza y la sintonía del universo están conjuntadas en esa carita que irradia paz; cada que tengo un momento así, agradezco y tal vez es cierto, mientras más agradezco mejor me siento, estoy llena de energía y para mí esa sensación me lleva justo al momento de la escritura, ese es mi mejor camino.
Para otros, la felicidad puede ser el descubrimiento, la música que suena al fondo, un buen cigarrillo, el paseo largo y tranquilizador. Me gusta esa especie de felicidad, la que está en las cosas que no tienen nombre, entre un día y otro, entre un poema y otro.
Miro absorta la felicidad de los demás, quiero imaginar qué se siente, cómo es, a quién llaman cuando reciben esa gran noticia.
Me gustaría volver a disfrutar la felicidad de mi niñez, la nieve de melón que hacía mi padre, el sonido de mi moto cuando salía a pasear o la sensación de vértigo que producen las ideas en mi mente.
Vaya que los poetas hemos tenido el tiempo de escribir sobre la felicidad, cada poeta a su manera, pero todos queremos tocar ese haz de luz.
Cuando conozco a una persona, quisiera saber primero, ¿Qué la hace feliz? Si sonríe, ¿Por qué sonríe? Quiero descubrir el suave movimiento de su alegría, el tranquilo centelleo de su ser.
Atrapo los instantes, esa es una de las razones para escribir, llevarme una imagen, un recuerdo, el aliento de algo.
Seamos felices más a menudo, seamos felices con más fuerza, que las cosas cambian como un milagro, seamos de los que están atentos a la última hoja del árbol o a los videos que comparte la gente en los estados de WhatsApp.
Si tú me das una reacción, se reinicia el día, reinterpreto el mundo y sé que tú también lo haces.