Deportados a Tijuana experimentan un vórtice de precarización
Cada día decenas de mexicanos y personas de otros países son deportados de Estados Unidos hacia Tijuana, convirtiéndolos en una población que sufre por ser estigmatizada en su vida diaria, llevándolos a una vida precaria.
El investigador del Departamento de Estudios Culturales de El Colegio de la Frontera Norte (El Colef), Juan Antonio Del Monte, reflexionó sobre la población retornada a esta ciudad fronteriza.
“No nada más se quedan en la representación, sino que se llevan a cabo en prácticas de exclusión y de discriminación y eso lo vemos todos los días en la ciudad de Tijuana y sigue sucediendo”, apuntó el académico.
El concepto de precarización de los individuos o grupos sociales se suele centrar en los procesos de flexibilidad laboral y a la pérdida de capacidad del trabajo como mecanismo de movilidad social, no obstante, para Del Monte, es aún más profundo este término.
“Retomó más bien la idea de precarización de nuevas teorizaciones que se están haciendo para pensar la precarización como un proceso de incertidumbre no solo laboral como se había tomado normalmente, sino un proceso de incertidumbres en amplios espacios de la vida cotidiana”, detalló el investigador.
“El vórtice de precarización es la descripción del proceso de cómo las personas deportadas llegan a habitar las calles… me sirve para explicar cómo hay fuerzas violentas con forma de vórtice que son fuerzas sociales, políticas, culturales, que combinadas hacen que ciertas personas con características específicas lleguen habitar a las calles”, añadió.
La experiencia de habitar las calles de Tijuana para la comunidad deportada es sinónimo de encarar las fuerzas del vórtice, las cuales, según Del Monte, pueden llegar a ser tan violentas que te ‘chupan’ hacía la calle, haciendo muy difícil salir de la vida callejera con la sola voluntad individual.
“No es suficiente esta narrativa de échale ganas o de que una persona por su propia voluntad pueda salir de la calle, porque hay involucrados mil factores, entre ellos está el consumo de estupefacientes, está la discriminación de la que hablábamos, está la ruptura de vínculos familiares, el maltrato de la policía”, refirió el académico de El Colef.
De acuerdo al Instituto Nacional de Migración (INM), en este año el número de personas deportadas ha sido de más de 200 por día, algunas de ellas menores de edad sin compañía.