Del cielo a tus oídos: Ipek Eginli y sus nubes sonoras
A principios de mes, se llevó a cabo una serie de esos eventos en tierras capitalinas que me hacen lamentar mi precariedad económica, pues, por lo que pude ver a través de videos de amistades que sí estuvieron presentes, fue una poderosa congregación de alquimistas del sonido en la que cada ente, con sus respectivos conjuros, invocaron frecuencias angelicales y endemoniadas por igual. Estas magas y magos fueron convocados por el legendario experimentalista, circuit bender, curador y todólogo capitalino Juanjosé Rivas para su serie de sesiones de música experimental y arte sonoro, VOLTA.
De la gran lista de nombres, figuraban artistas de quienes ya vengo siguiendo su trabajo desde hace tiempo como Evicshen, Heraldos Negros, Eva Águila, Birgit Ulhir, Aleida Pérez, Leslie García, Dolor Nocturno, así como el mismo Juanjosé; pero también había otros de quienes no estaba al tanto, o que llevo poco tiempo conociendo. Esto último es el caso de la pianista/compositora turco-americana, Ipek Eginli, quien acaba de lanzar su más reciente producción, Clouds carry me to the sky every morning, a través del sello Purplish Records.
Ipek tiene formación académica (e incluso tiene su propia academia de piano) pero sus exploraciones van más allá de la interpretación de piezas clásicas o de composiciones basadas en el estándar occidental, sino que su obra también abarca prácticas y técnicas experimentales, las cuales no son abordadas a manera de rechazo radical a lo tradicional, sino con el objetivo de sintetizar ambas escuelas de pensamiento.
En sus improvisaciones in situ se puede apreciar su técnica al ver la facilidad y familiaridad con la que sus manos se expanden y contraen a lo largo de su instrumento, y así como se le puede ver ejecutando su teclado (o un piano si el espacio cuenta con uno), también se le puede apreciar girando perillas y haciendo configuraciones aleatorias en un sintetizador – y, debo resaltar, la pasión con la que se entrega a ambos instrumentos es la misma.
Clouds es su tercera producción y es una rica exploración rítmica y tímbrica, donde un piano preparado se acompaña de sonidos procesados y en el que los espacios son tan importantes como la abundancia aural. Esta placa también es amplia en su rango anímico, pues la sensibilidad de Ipek le permite crear piezas reflexivas, misteriosas, de cierto toque oscuro y fácilmente pasar a algo lleno de ritmo con staccatos juguetones, combinándolo con técnicas extendidas en el piano preparado, que se transforman en texturas que le dan profundidad a las piezas en donde aparecen.
El álbum es accesible, pero no cuadrado ni complaciente; hay elementos familiares como ritmos constantes -e incluso pegajosos-, el sonido clásico de un piano con un exquisita ejecución, y el timbre del piano preparado está muy bien cuidado, por lo que no le resultaría estridente a oídos nuevos, e incluso las partes más nubladas no son del todo agobiantes, pues siempre hay luz presente. Para aquellos oídos aventureros y que gusten de la escucha profunda, el poner atención a los detalles resultará bastante satisfactorio, pues estos abundan y resaltan gracias a una excelente mezcla y diseño sonoro.
Otro punto en el que Clouds está bastante equilibrado, es en el balance perfecto entre la desinhibición y lo racional. Hay una soltura inocente que evita que esto se sienta como un gélido ejercicio clínico demasiado intelectual, pero al mismo tiempo -como ya se mencionó- hubo bastante cuidado y minucia en el trabajo sonoro así como en la parte técnica. Este es un álbum que puedes poner para dejarte llevar por él o para analizarlo a profundidad, y en ambas maneras de abordarlo, después de repetidas escuchas, terminarás encontrando figuras y formas distintas en estas nubes sonoras que Ipek muy amablemente nos comparte.