Por FIFA.com
La información que trasciende al día y que marca un antes y un después en el fútbol femenino es la que se esconde detrás del nombre propio: Marta, la máxima estrella histórica del fútbol de mujeres en el mundo, jugó su último partido en una Copa Mundial con la camiseta de su selección.
“La Copa del Mundo termina para mí, no habrá más Copa del Mundo para Marta. Para mí, es el final del camino. Es difícil este momento, no era lo que soñé ni en la peor de las pesadillas”, dijo la estrella, que fue considerada la mejor futbolista del mundo nada menos que seis veces durante toda su carrera. Fue apenas terminó el partido contra Jamaica, el primero en el que la 10 de Brasil fue titular.
“Los brasileños habían pedido una renovación y ahora la tienen. Creo que la única jugadora ‘vieja’ soy yo. Muchas de estas talentosas chicas son muy jóvenes con un largo camino por delante. Es solo el principio de ellas. Quiero que la gente continúe con el mismo entusiasmo con la Copa Mundial, que continúe apoyando. Las cosas no pasan de un día a otro”, sumó Marta, conmovida ante su retiro con la camiseta que defendió durante nada menos que seis Copas Mundiales Femeninas de la FIFA, certamen que nunca logró ganar.
Marta llegó al campeonato de Australia y Nueva Zelanda tras recuperarse de una operación en una rodilla y, por primera vez en las seis ediciones que disputó, la delantera -que se movió por toda la cancha en el empate contra Jamaica- no pudo convertir un gol.
Eso, que no haya logrado hacer un gol, no importa ahora; lo que importa es que Marta, el nombre propio más grande de la historia del fútbol femenino, le dice adiós a la carrera que viene desarrollando hace dos décadas. Y, detrás de ese retiro, lo que también importa (y mucho) lo expresó la propia Marta en una conferencia de prensa previa al encuentro con Jamaica. En las lágrimas de la 10 de Brasil, en esa emoción y en la claridad con la que habló ante periodistas, se adivina su legado.
“¿Saben qué es lo bueno? Cuando comencé no había una ídola femenina. Ustedes -dijo al periodismo- no mostraban fútbol femenino, ¿cómo iba yo a entender que llegaría a la selección y convertirme en referencia? Ahora salgo a la calle y la gente me para, los padres me dicen ‘mi hija te adora, quiere ser igual a vos'”, dijo, muy conmovida, en una declaración que se viralizó instantáneamente en redes sociales.
Nadie, ni una mujer ni un varón, hizo tantos goles como Marta en una Copa Mundial: fueron 17. No le alcanzó eso a la actual jugadora del Orlando Pride, de Estados Unidos, para convertirse en campeona del mundo. Su mejor marca fue el subcampeonato en China 2007, y el resultado del miércoles pasado se cuenta entre los peores desempeños de la selección de Brasil desde que la estrella forma parte de ese equipo.
Pero no haber accedido a la Copa no resta ninguna de las marcas de esta jugadora que se inició en el fútbol de su país -el Vasco da Gama fue clave en su recorrido- y llegó a Europa cuando fue comprada por el Umeå IK, de Suecia. Eso disparó su popularidad en el Viejo Continente y en todo el mundo. Luego pasaría por la liga de los Estados Unidos, volvería a Brasil, a Suecia y nuevamente a Estados Unidos.
Ganó medallas olímpicas y Juegos Panamericanos. Ganó más veces que ninguna otra jugadora el galardón que la FIFA reserva a los mejores futbolistas de cada año. Su nombre está escrito en el corazón de un país con una de las más grandes tradiciones futbolísticas del mundo. Y esto es literal: en la “Acera de la Fama” del Estadio Maracaná, en Río de Janeiro, Marta dejó su marca.
Las Copas Mundiales suelen dejar goles, atajadas y también declaraciones para la historia. Lo dicho por Marta este martes en conferencia de prensa se anota en ese cuaderno en el que va lo inolvidable del fútbol. No exagera cuando dice que ahora el fútbol femenino tiene nombres propios, no exagera cuando dice que el suyo es uno de esos nombres -el más grande hasta ahora-, no exagera en emocionarse al pensar en todo eso. Al ver la película de su carrera pasar delante de sus ojos.
Su nombre atado a su retiro es la noticia más importante de su país en este momento. Eso le hizo Marta al fútbol, a Brasil y al mundo. Y esto también: apenas terminó el partido ante Jamaica, con su selección recién eliminada, desde Brasil los usuarios se lamentaron sobre todo porque Marta se retirara sin haber logrado una Copa Mundial que, por sus logros individuales, sin duda merecían.
Pero entre los lamentos había quienes ya pensaban en lo que viene: “¿Marta DT? Acepto sin dudar”, escribió un usuario en Twitter. Quién sabe, tal vez allí esté el próximo capítulo de la mayor jugadora de fútbol femenino de la historia, porque separarla del todo de la pelota, ahora mismo, suena imposible.
