#VíctimasTeuchitlán; Mi hermana pequeña iba a cortar fresa y durazno y le cortaron las alas
El 20 de mayo de 2024, Merani Noemí García Mejía, una joven madre de 19 años, desapareció tras salir de su hogar en Zapopan, Jalisco. Su caso se ha convertido en un ejemplo de las tragedias y el terror que enfrentan muchas familias en México, donde la desaparición de personas es una dolorosa realidad.
Días antes de su desaparición, la joven llegó emocionada a contarle a su madre que había encontrado una mejor propuesta de trabajo.
“Mamita, me iré al campo a cortar fresa y durazno… ya me llamaron de la agencia y hasta van a mandarme un Uber aquí a la casa porque debo irme mañana”.
Su mamá, a pesar de no querer soltar a su pequeña, sabía la situación en casa y decidió dejarla ir, ya que también le serviría de experiencia.
Rubí, una de sus hermanas, contó en redes sociales que: “La última vez que hablé con mi hermanita fue cuando estaba camino a la central de Guadalajara. Me mandó unas fotos desde el Uber enseñándome que se había llevado mis tenis blancos que siempre se ponía, con el pretexto de que me extrañaría menos y al verlos pensaría en mí”.
Gracias a esos tenis fue que la familia de Merani, al ver los videos del Rancho den Teuchitlán, en Jalisco, entendieron que el motivo por el cual no escuchaban de la pequeña desde hace casi un año era porque la “agencia” la había llevado ahí.
“Desperté y aunque no quería me armé de valor y dije, ‘veré lo que subieron las Madres buscadoras’. Enseguida vi los tenis y la mochila, mi hermanita estaba ahí… se acabó la incertidumbre para nosotros, una sospecha que se tenía, pero no se quería y ahora debía ser enfrentada. Ella no se merecía esto, solo quería salir adelante y ayudar a mamá”, expuso.
Rubí, la hermana de Merani cuenta que también entre las pertenecías encontraron su Biblia, misma que le había sido regalada por su madre para que la leyera y se acercara a Dios. Además, encontraron su blusa, tenis y la maleta con la que se le ve en una de sus fotos.
ACTUALIZACIÓN: En redes sociales, Rubí compartió también que este descubrimiento fue devastador para la familia, pues confirmó que Merani había estado en ese lugar, y relata que estos hallazgos reavivaron el dolor, pero también la determinación de seguir buscando respuestas.
“Es un dolor terrible, pero no la hemos dado por muerta”, afirmó, pidiendo a la comunidad que compartan la ficha de búsqueda y ayuden a mantener viva la esperanza de encontrar a Merani.
“No imaginan lo doloroso que es para nosotros no saber de mi hermanita. Ella solo buscaba salir adelante con su hijo y darle un futuro mejor”, compartió la hermana de Merani en una emotiva publicación.