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El zapatismo y la influencia que salpicó a bandas del rock mexicano y del mundo

Foto: Especial
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Por Clarissa Raaveli

Hubo un tiempo en el que el rock del mundo se contagió de zapatismo. Terminaban el muro, el siglo y el milenio, y el capitalismo nos había ganado.

De improviso, desde los primeros minutos de enero de 1994, el alzamiento indígena del EZLN se convirtió en un impacto inesperado para el rock, que alentaría en mucho la difusión del mensaje rebelde, las propuestas políticas y su poética de la resistencia.

Así como el alzamiento estimuló a la sociedad civil inconforme y catalizó a corto y largo plazos el despertar de los pueblos originarios de México, pegó también en el corazón de una etapa efervescente del rock nacional, que llevaba una década sonando recio, profesando compromiso social y político, o al menos rebelde.

Los primeros en México en levantar esa bandera de la rebeldía y en situarse como confesos seguidores del zapatismo fueron los defeños Maldita Vecindad y los Hijos del Quinto Patio, Café Tacvba, Caifanes, Santa Sabina y Los de Abajo, y por supuesto los tijuanenses de Tijuana No, quienes a finales del mismo año publicarían Transgresores de la ley, un disco fundamental enraizado en este movimiento.

La huella temática y sonora del zapatismo prontamente se incorporaría al trabajo de muchos otros músicos como brillantemente lo demostrarían Manu Chao con Clandestino, Steven Brown con Nine Rain y bandas posteriores como Ozomatli, Panteón Rococó y Aztlán Underground.

A ellos se sumáron otros músicos de Sudamérica y Europa como Todos Tus Muertos, Rage Against The Machine, Negu Gorriak, Amparanoia, Banda Bassoti, Sargento García, Fermín Muguruza, Ska P y muchos más, incluso varios incursionando como campamentistas en las comunidades zapatistas.

El verano del rock zapatista no fue tan corto. Desafió y dobló finalmente al gobierno de Ernesto Zedillo y en la aparente divergencia musical entre los gustos de los mayas de Chiapas y el rock de los seguidores urbanos, se dio la inusitada conjunción entre un movimiento social (indígena, además) y el periodo más político y revolucionario del rock internacional y mexicano en toda su historia.

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