Sustituyen “burrocebras” de la avenida Revolución con prototipos de madera
Este pasado fin de semana, los propietarios de los “burrocebras” de la avenida Revolución presentaron figuras de madera en tamaño real, en lugar de los famosos animales que durante décadas fueron un atractivo turístico.
Alejandro Sandoval, hijo de burreros y quien tiene alrededor de 20 años en este negocio, compartió a Nómadas que esta medida fue tomada por decisión propia y que, pese a la sorpresa de muchas personas, fue bien recibida por el turismo.
“Han venido a decirnos: ‘¿Los quitaron?’ No, es iniciativa de nosotros, no nos han molestado de que quitemos el burro porque, en realidad, muchos saben que esto es historia de aquí”.
Detalló que actualmente quedan tan solo tres burros y, así como él, los dueños del resto son conscientes de que los tiempos cambian, así como los gustos del público.
En cuanto al funcionamiento del negocio, contó que en un buen día de fin de semana, pueden tomar entre 25 y 30 fotografías con un precio que no supera los 300 pesos y que, al menos durante el día de estreno de estos burros de utilería, el flujo de trabajo no se vio afectado.
Adaptación en torno a la controversia
Al respecto de los cuestionamientos y la controversia en torno a que si mantener los “burros cebra” implica o no maltrato animal, el entrevistado pidió que, así como se pone atención en este caso, también se cuestione el estado de salud de otros animales en exhibición tal y como son los que viven en cautiverio en el zoológico del parque Morelos.
“El burro es mi patrón, de ahí como, de ahí estudian mis hijos. Eso no es de la noche a la mañana, le he demostrado a las autoridades tener carnet del burro, certificado médico. Nos han pedido documentos del burro y se han entregado de un veterinario certificado.”
Explicó que hace aproximadamente un año y medio, autoridades locales les decomisaron cinco burros bajo la acusación de que vivían en condiciones no aptas, situación que negó y además agregó que, hasta la fecha, no sabe a dónde llevaron a esos animales.
“Todavía no hay respuesta, estuvimos preguntando en varias dependencias y lo único que dijeron es que no sabían dónde meterlos, no sabían el cuidado de los animales. Los dueños los reclamaron porque estaban bien, tenían papeles y ahora quién sabe dónde quedaron”, dijo.
El señor Sandoval declaró que, de momento, los burros que les quedan los seguirán resguardando en el corral donde se encuentran, en tanto consiguen un lugar a dónde llevarlos y puedan tener buena calidad de vida.
Burros elaborados por ellos mismos
Actualmente hay dos burros “de arte”, como les llama el señor Sandoval, y cada uno fue fabricado por su respectivo dueño. En este caso, contó que, pese a no tener experiencia, la elaboración de “Rubén” le tomó alrededor de una semana.
De igual manera, desmintió el rumor que circuló hace meses en el que se aseguraba que autoridades locales se acercarían con los burreros para ofrecerles apoyos económicos a fin de hacer la transición de los burros vivos a unos de utilería, por lo que insistió en que esta acción fue solo por iniciativa propia.
“Nunca nos vinieron a hacer propuestas, hubo periodicazos donde dijeron que estaban trabajando una mesa con nosotros de trabajo, eso fue mentira, nunca nadie se acercó a ayudarnos. Y cuando se quiso pedir una ayuda para emprendedores, resulta que hay otra persona que pidió a nombre de los burro cebra, pero ¿Dónde están las firmas de nosotros?”, cuestionó.
La presencia de estos burros cebra de madera en la avenida Revolución será semi permanente, ya que con la facilidad de traslado y maniobra ya podrán estar más tiempo y más días en las esquinas