La Bande-son Imaginaire: Bailando con los muertos en Tijuana
Hace unos años ya una amiga me había recomendado a la banda oaxaqueña de mexican darkwave, La Bande-Son Imaginaire, y aunque la venía escuchando y me había gustado mucho su propuesta, nunca me imaginé que lo que proyectaban y compartían en vivo iba a ser u8na cosa prácticamente de locos.
Y sí, digo de locos, porque para ser teatreros y además hacer música y que sea música oscura y combinarlo todo ello con sus raíces oaxaqueñas, con el culto a la muerte, y además ponerle ese toque a lo francés, se necesita efectivamente estar un poco loco, o pirado o bien tripeado, como se dice por acá en el norte.
Esto lo digo y lo exalto más como halago que por cualquier otra cosa, porque lo que han propiciado los hermanos Óscar Tanat y Heri Angelo Tanat, además del violinista Bram Hernández, creando todo un concepto original y diferente, es digno de resaltar pues ya se han ganado un espacio muy particular dentro de la escena underground mexicana.
Todo esto lo comento a colación del reciente concierto que la banda ofreció en Tijuana, el pasado sábado 18 de noviembre, que llegaron de la mano de las productoras Los Irreverentes y Bang Bang Productions al Black Box Tijuana, que se vio casi lleno en su totalidad, con público bien prendido que igual ya los había visto el año pasado y los que fueron a verlos por primera ocasión.
Ese día el evento lo abrió Mecaník Fabrík, un proyecto tijuanense de música industrial y EBM comandado por Brianda, el cual fue creado en 2018, y que desde un inicio del evento puso a bailar a la gente que comenzó a darse cita en el lugar. Un proyecto que en lo personal me parece muy interesante y que, incluso, la tuvimos ya en nuestro programa de B-SIDE by Nómadas.
Lo interesante de Mecaník Fabrík es que, además de abrirse camino en un género en el que no ha habido muchas mujeres, no solamente se enfoca en el aspecto musical, sino que ha desarrollado todo un concepto entre sí que se conjuga con lo visual y que las personas que llegaron temprano al evento pudieron disfrutar y no solo dejarlo en el imaginario.
Posteriormente se presentó Vander Decken, otro proyecto tijuanense que no me había tocado ver antes, pero que me sorprendió sobre manera por la calidad en ejecución y la propuesta también darkwave y postpunk que se cargan.
Algo que me llamó la atención fue el poderío que le dan al bajo con Robbo Darko, guiando y enmarcando el ritmo de varias de sus rolas, además de las letras en español e inglés y el toque sutil que le dan las vocales femeninas de Genesis Rosas; un sonido muy ochentero que igual pone a bailar y que también invita a escucharlos de una forma más contemplativa.
Finalmente llegaron al escenario los tres espectros de Oaxaca, con sus atuendos característicos y habituales que hacen una clara referencia a pelis y libros de culto como Macario y Pedro Páramo, respectivamente, así como al atuendo gótico europeo, aderezado con su distintivo sombrero de bejuco de la cultura mazateca usado por los “huehuentones”, que son los representantes de espíritus o almas que regresan el Día de Muertos.
Elementos todos que la banda suele combinar a la perfección y que fue lo que prácticamente me sorprendió sobre manera al pensar que, La Bande, no son el típico grupo de darkwave que pone pistas, hace secuencias y pone a bailar, sino que son una especie de disruptores de la propia escena, haciendo de sus conciertos toda una obra teatral que igual interactúa con el público y que hace de su concepto una propuesta de música electrónica viva, con mucha esencia.
La Bande igual en su repertorio, de casi dos horas danzando entre los muertos -y los vivos-, repasó rolitas de sus materiales discográficos El Horror Jazz (2014), Mezcal a pleno vuelo (2018), La muerte en Vintage (2021), pero la culminación y lo orgásmico de su show lo pusieron cuando interpretaron su sencillo “Chez Toi”, el cual andan promocionando durante esta gira.
Los tres discípulos de Baudelaire se colocaron unas mantas blancas y unas máscaras por detrás de la cabeza y al ritmo de la rola, comenzaron a bailar dando la impresión de ser unos fantasmas, unos espectros muy bien coordinados y bailadores que por momentos pusieron la piel chinita entre todo el espasmo festivo que había en el lugar.
Fueron casi dos horas de show y todavía La Bande se dio la chance de compartir un pequeño encore que les solicitó el público que asistió al evento, lo cual dejó extasiados a todos los presentes.